viernes, 24 de enero de 2014

Nutrición y salud, la ciencia de combinar los alimentos


Qué comemos y cómo lo comemos son dos factores claves para una buena digestión y una óptima absorción de nutrientes.

En la mayoría de los casos los malestares estomacales, la falta de energía después de comer, y la dificultad para perder peso se deben a una errónea combinación de alimentos.
La gente está tan acostumbrada a sentirse indigesta después de comer que es considerado algo normal. A diario se toman medicamentos para aliviar el malestar, pero estos remedios sólo atacan los síntomas y no la raíz del problema. Pocos saben que al combinar sus comidas bien acabarían con estas molestias prácticamente de inmediato.

Cuando combinamos incorrectamente los alimentos provocamos que nuestro cuerpo se vuelva ácido y desbalanceado. Es un desperdicio consumir alimentos nutritivos si nuestro cuerpo no puede digerirlos bien, y por lo tanto, aprovecharlos al máximo.

Ademas de no aprovechar los nutrientes de la comida, consumir grupos de alimentos que no se mezclan entre sí trae como consecuencia inflamación, envejecimiento, digestión lenta, estreñimiento y acumulación de desechos tóxicos en el cuerpo.

El problema de una mala combinación radica principalmente en las diferencias que hay en el proceso digestivo de cada grupo de alimentos. El almidón y las proteína requieren diferentes tipos de enzimas para ser digeridos, lo mismo sucede con las grasas. Además, requieren diferentes tiempos de digestión. Mientras que la fruta puede ser digerida en 20-30 minutos, la proteína puede tardar de 4 a 6 horas, incluso más en algunos casos. ¿Qué sucede cuando consumimos almidones y proteína en un mismo platillo? Putrefacción y fermentación de los alimentos dentro de nuestro cuerpo, lo que resulta en todos esas molestias que muchas personas padecen después de comer.

El almidón requiere un jugo gástrico alcalino para ser digerido, mientras que la proteína uno ácido. Cuando comemos carne y papa en un mismo platillo ocasionamos que el almidón no se digiera completamente, ya que los jugos gástricos ácidos que el cuerpo segrega para digerir la proteína destruyen la ptialina (también llamada amilasa), enzima encargada de digerir los almidones. La papa se quedará “sentada” en el estómago durante horas, mientras que la proteína aún se está digiriendo. Esto impide que la papa pueda seguir su curso por el tracto digestivo, ocasionando que comience a fermentarse en el estómago.
La grasa inhibe la secreción de ácido clorhídrico, por lo que cuando comemos carne con alto contenido de grasa retrasamos la digestión de la proteína. Esto permite que las bacterias inicien el proceso de putrefacción de ese alimento que no se ha asimilado bien y que lleva horas dentro del organismo.

Nuestro cuerpo es muy sabio, y como respuesta a un proceso digestivo ineficiente segregará más jugos gástricos para tratar de digerir la comida. Esto tomará más tiempo y energía, y los alimentos pasarán del estómago a los intestinos sin ser digeridos correctamente, dejando desechos a su paso. A la vez, irán apareciendo esos incómodos malestares como reflujo y gastritis.

Entonces, ¿cuál es la combinación correcta que debemos seguir?
Diferentes tipos de almidones ✔
Almidón + vegetales ✔
Proteínas + vegetales ✔
Proteínas + almidón ✖
Diferentes tipos de proteínas animales ✖
Grasas + almidón ✔
Frutas + vegetales ✔
Proteína + grasa Moderadamente

Notas importantes: 
- El melón y la sandía no deben de consumirse con ninguna otra fruta.
- La fruta debe comerse, sin excepción, con el estómago vacío.
- Las frutas y la proteína animal se pueden consumir con vegetales, a excepción de los vegetales almidonados (ejemplos: papa, maíz, etc.).
- La proteína no combina muy bien con la grasa, por lo que si vamos a mezclarlas la cantidad de grasa a consumir debe ser mínima, y de preferencia acompañar esta combinación con vegetales para una mejor digestión.
- El grupo de proteína vegetal incluye nueces y semillas.

Al principio puede resultarnos un poco complejo seguir estos principios, pero hay que considerar que entre más rápido y fácilmente se digiera la comida, menos desecho quedará dentro del organismo, y por lo tanto nos veremos y sentiremos mejor. Vale la pena hacer de la adecuada combinación de nuestros alimentos una práctica diaria.


FUENTE:
Mónica De La Paz Múzquiz 
Health Coach certificada por el Institute for Integrative Nutrition.

sábado, 11 de enero de 2014

2014: Año de bienestar

LECHE DE ALMENDRA



En los últimos años ha demostrado que la leche de vaca no es tan saludable como todos pensamos, ya que además de causar inflamación y malestares cuando la consumimos, hoy en día existe más gente intolerante a ella. Es por ello que la leche de almendra es una excelente alternativa para sustituirla, y en este artículo encontrarás varios beneficios que aumentaran la calidad de tu dieta y no habrá duda de que quedarás convencido para comenzar a consumirla.
  1. No sabe a leche de vaca:
Un beneficio de la leche de almendras es que no tiene el mismo sabor que la leche de vaca que en ocasiones puede ser algo desagradable. La leche de almendra tiene su propio sabor; con un tono ligero y agradable a nuez.
Sin embargo la leche de almendra tiene la misma consistencia que la leche de vaca, por lo que el la puedes utilizar con el mismo objetivo.
  1. Es nutritiva y saludable:
La leche de almendra es totalmente vegetal, natural y equilibrada, la cual no contiene aditivos ni conservadores. Además es rica en vitaminas E, D y A, proteínas, omega 6, zinc, calcio, hierro, magnesio y potasio.
  1. Es más baja en caloría que la leche de vaca:
La leche de almendras es más baja en calorías que la leche de vaca incluso que la descremada o semidescremada, ya la leche de vaca contiene una mayor cantidad de colesterol en comparación a la leche de almendra. Un vaso de leche de almendra contiene alrededor de 70 calorías mientras que la de vaca contiene 86 calorías aproximadamente.
  1. Excelente alternativa para personas con intolerancia a la lactosa:
Normalmente, cuando pensamos en una persona que no puede tomar leche, es debido a que es intolerante a la lactosa. La leche de almendras es una excelente alternativa para estas personas o personas que padecen enfermedad celíaca, ya que a diferencia de la leche de vaca, la leche de almendra es absolutamente libre de lactosa.
  1. Mejora la condición cardiovascular:
A nivel cardiovascular, la leche de almendra ayuda a mejorar los niveles del colesterol bueno (HDL) y reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, y además ayuda a fortalecer el corazón.
  1. Ayuda a mejorar problemas gastrointestinales:
La leche de almendra tiene un alto porcentaje de fibra soluble e insoluble lo cual protege la pared intestinal, sobre todo a nivel del colon y regula la velocidad de absorción de azúcares y colesterol. La leche de almendra nos ayuda a la digestión y sirve también para mejorar condiciones gastrointestinales.
  1. Sirve para el cuidado de la piel, el pelo y uñas:
Debido a que la almendra contiene vitamina B2, ayuda a que las uñas y el pelo se fortalezcan y que la piel tenga una mejor hidratación.
  1. Es fácil de elaborar:
La leche de almendra es facilísima de hacer, simplemente dejas remojar las almendras por la noche, al día siguiente las licuas con un poco de agua, viertes la mezcla a través de una gasa, la exprimes bien con tus manos en una jarra, puedes agregar opcionalmente un poco de Stevia (endulzante natural), la refrigeras y listo!

Para prepararla te recomiendo ampliamente la revolucionaria licuadora de la marca BLENDTEC, la mía la adquirí a través de amazon.com.mx  es una magnífica inversión chequen por ustedes mismos AQUÍ



FUENTE
Lic. Aline Cohen
Nutrióloga